El rápido crecimiento de las ciudades en el mundo en desarrollo, como resultado de la migración y de la población, ha influido en el crecimiento del sector hostelero, y en consecuencia, en sus establecimientos que forman parte de nuestra cultura y son un punto de unión social, además de una fuente de actividad que contribuyen al desarrollo de la España vaciada.
El tejido de bares y restaurantes de nuestro país son un signo de identidad de nuestra cultura relacional y de nuestra forma de vivir, convirtiéndose en muchas ocasiones en los centros de reunión social de poblaciones o barriadas, en centros de cohesión, comunicación y generación de relación entre los ciudadanos.
Cabe destacar en este objetivo, el esfuerzo del sector junto con algunas empresas proveedoras del mismo por crear espacios y ornamentos adaptados a sus espacios urbanos en especial en lo referente a terrazas.